Sobreviví a un accidente en la Ruta 8 y esto fue lo que aprendí

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Nunca imaginé que un viaje rutinario podría cambiar mi vida en cuestión de segundos. La Ruta 8, una de las más transitadas de la provincia, ha sido testigo de innumerables historias. Algunas terminan en tragedia. La mía, por suerte, tuvo un final diferente.
🕛 El momento que lo cambió todo
Era un día normal. Salí de Río Cuarto temprano, con el objetivo de llegar a Buenos Aires sin apuros. La ruta estaba despejada, el sol brillaba y la música sonaba en la radio. Todo parecía en orden hasta que, en un instante, todo cambió.
Un auto delante mío hizo un movimiento brusco. Intenté reaccionar, pero el pavimento mojado jugó en mi contra. Perdí el control, el auto comenzó a girar, y en un abrir y cerrar de ojos, estaba fuera de la carretera.
Sentí el impacto y el silencio absoluto que lo siguió. Cuando abrí los ojos, el parabrisas estaba hecho añicos, la puerta trabada y un fuerte olor a quemado invadía el ambiente. No sentía dolor, pero el miedo era real.
🛠️ Lo que aprendí de la peor experiencia
🔹 Los segundos previos al impacto duran una eternidad. En ese instante, la mente entra en una especie de “modo supervivencia”. Todo se ralentiza, pero los reflejos se agudizan.
🔹 No somos invencibles. Siempre creemos que “esas cosas les pasan a los demás”. Hasta que te pasa a vos.
🔹 El cinturón de seguridad es la diferencia entre la vida y la muerte. Fue lo único que me mantuvo en mi lugar y evitó que saliera despedido.
🔹 El celular no es prioridad. A veces miramos la pantalla por inercia, pero la ruta no perdona distracciones. Un segundo basta para perderlo todo.
🔹 El miedo paraliza, pero también enseña. Después del accidente, subirme a un auto me generaba ansiedad. Pero aprendí que cada viaje es una oportunidad para ser más consciente y responsable.
🌅 Una segunda oportunidad
Esa tarde, en la banquina de la Ruta 8, entendí lo frágil que puede ser todo. Un grupo de camioneros me ayudó a salir del auto. Cuando finalmente estuve de pie, mirando los restos del vehículo, sentí una mezcla de alivio y agradecimiento.
Ahora, cada vez que agarro el volante, recuerdo ese día. Y me prometí algo: nunca más subestimar la importancia de la seguridad en la ruta.
Vos, ¿alguna vez tuviste un momento que te hizo replantear todo? 🚘🔥
