Me enamoré en la Feria del Libro de Río Cuarto

No sé si fue el olor a libros viejos, la música de fondo o simplemente el destino, pero aquella tarde en la Feria del Libro de Río Cuarto, mi vida cambió para siempre.
📖 Un encuentro entre estantes de historias
Siempre fui de esos que pueden pasarse horas husmeando entre libros, dejándose llevar por títulos inesperados y autores desconocidos. Ese día, el aire estaba impregnado de tinta y café, y las charlas literarias resonaban entre los stands. Fue en uno de esos pasillos abarrotados de gente cuando la vi.
Ella estaba parada frente a un estante de literatura latinoamericana, sosteniendo un libro de Cortázar con esa expresión de quien está a punto de descubrir algo maravilloso. Me acerqué, sin pensar demasiado, y solté la frase más cliché del mundo:
— Buena elección. ‘Rayuela’ no es solo un libro, es un viaje.
Ella sonrió sin apartar la vista del libro.
— Depende de cómo lo leas, ¿no?
Ahí supe que estaba perdido.
💬 Conversaciones entre páginas y cafés
Lo que siguió fue un recorrido improvisado por la feria. Pasamos por el stand de poesía, donde me desafió a leer en voz alta el primer verso que encontrara. En el de historietas, debatimos sobre qué es más importante en una historia: el guion o la ilustración.
Luego, nos sentamos en un rincón con dos cafés y hablamos de todo. Del por qué los finales abiertos son los mejores, de la magia de los libros usados y de cómo los mejores encuentros suceden sin ser planeados.
La feria cerró, las luces se apagaron, y nosotros seguimos ahí, como si el tiempo se hubiera detenido.
📍 Un final que aún se escribe
No intercambiamos números ni redes. Solo nos prometimos volver al año siguiente, en el mismo lugar. Y aunque no sé si el destino volverá a unirnos, hay algo que tengo claro: a veces, las mejores historias no se encuentran en los libros, sino en las personas que nos cruzamos mientras los buscamos.
¿Alguna vez te pasó algo así? 📚💘
